Las alas que nos inventamos de Alexandra Roma

¡Hola, de nuevo, mis queridos lectores! Hoy les traigo la reseña de un libro que me ha sorprendido en más de una manera. Sin duda alguna, es un libro especial y espero que, al menos, le den una oportunidad. Además, les aviso que mi próxima lectura será "A Good Girl's Guide To Murder" de Holly Jackson. Sí, el lanzamiento de la serie me respira en la nuca, por lo que debo comenzarlo.

Título: Las alas que nos inventamos

Autora: Alexandra Roma

Editorial: Planeta

Páginas: 631

Reseña:

    "¿Qué son los sueños? ¿Alas o raíces?" Kelly es una escritora de romance, que desde sus dieciséis años ha tenido claro que lo suyo es escribir. Mientras otros iban a la universidad, ella era fichada por una editorial y pasaba horas escribiendo las historias de sus personajes. Para sus lectores, sus libros eran un abrazo al alma y eso, también pensaba ella. Sin embargo, llegó lo tan inesperado, Kelly se quedó sin ideas, estaba sufriendo de un bloqueo de escritora. Ahí comenzaron sus miedos porque para ella, no era nadie si no escribía. En busca de darle un respiro, su agente literario le propone hacer la biografía del jugador de hockey del momento, Graham Scott. Graham es una joven promesa del deporte, que fue fichado con tan solo diecisiete años para jugar en la National Hockey League (NHL) de los Estados Unidos. Así es como un chico canadiense termina convirtiéndose en el rostro de un equipo y un deporte. Sin embargo, al igual que Kelly, no la estaba pasando bien. En uno de sus partidos, se había fracturado una rodilla y las esperanzas de volver al hielo eran casi nulas. Al igual que Kelly, su sueño se le estaba escapando como arena entre los dedos. Es en esos momentos de crisis, que estas dos almas se encuentran y su historia comienza.

    Estoy escribiendo esta reseña justo al acabar de terminar el libro porque, al igual que a Kelly, los dedos los tenía inquietos por vaciar todo lo que había sentido mientras leía. Esta no es la primera vez que leo a Alexandra Roma, pero si es cierto que me he vuelto a enamorar de su forma de escribir. Leer "Las alas que nos inventamos", me ha recordado a lo que sentí cuando leí mi primer libro de ella, El Club de los Eternos 27. Ella tiene la capacidad de hacer que no sientas que lo que lees es ficción. Te hace sentir que sus personajes están vivos y que te acompañan durante todo el camino. No recuerdo cuando fue la última vez que me quede hasta la madrugada leyendo, pero puedo decir con certeza que este libro me hizo leer hasta las 2:30 a.m. No tengo manera de agradecerle por la forma en que me ha hecho pensar y reflexionar sobre muchas cosas de la vida y cómo me he identificado con algunas de sus frases. Les juro que mi libro ha terminado con banderitas de dos colores, porque me he acabado el primer color que usaba.

    ¿Qué son los sueños? Es la pregunta que te persigue durante toda la lectura. ¿Estamos destinados a un solo sueño o somos un conjunto de muchos sueños? Al igual que Kelly y Graham, siempre pensé que vivíamos para perseguir un solo sueño. Que cambiar de sueño significaba que aceptabas la derrota y como resultado, el mundo te juzgaría. Pensaba que cambiar de sueño era malo. Por eso creo que me identifiqué con la lucha de Kelly y Graham por darse cuenta de que en la vida podemos tener más de un sueño. Es aterrador darse cuenta de eso y más aún aceptar que es correcto. Como ellos, también tuve un cambio de sueño profesional, quizás no tan abrupto. A ellos su salud mental y física los obligó a darse cuenta de que más que un sueño vivían una obsesión aferrada a lo que debían ser. Yo, en cambio, simplemente me di cuenta que me había enamorado de una profesión que no era la que había estudiado y que quería perseguirla. Ahí es cuando descubrí el secreto que nos deja la autora, no existe tal cosa como perseguir un sueño porque el verdadero sueño eres tú mismo. Esta bien cambiar de opinión y buscar lo que te hace feliz, a pesar de que no sea lo que una vez pensaste que sería. Así que sí, nosotros forjamos nuestras propias alas.

    Por otro lado, este libro también me hizo reflexionar sobre la industria deportiva como un empleo. No es de asombro, pero en cada uno de sus libros, Alexandra Roma nos muestra un ámbito de trabajo distinto. Siempre he pensado que ella es una espía dentro de estos mundos profesionales porque la manera en cómo los narra es como si ella los hubiese prensenciado. En "El Club de los Eternos 27", nos llevó junto a Julien a ver el lado oscuro y real de la industria musical. Mientras que, en Ojalá Siempre, junto a Julieta, nos enseñó lo despiadado que puede ser el mundo cinematográfico para las mujeres. Ahora, en "Las alas que nos inventamos", junto a Graham, nos mostró la triste realidad de una industria deportiva que olvida a sus atletas al mismo ritmo que los engrandece. ¿Qué tienen en común todas esas historias? Que nos enseñan que la fama no lo es todo y que detrás de las luces y sonrisas fingidas, hay seres humanos que sienten. Hasta este libro, nunca me había planteado lo triste que es perseguir una carrera deportiva.

    Sí, todos los deportistas tienen contratos millonarios, anuncios publicitarios, marcas que los representan y miles de fanáticos coreando sus nombres. Sin embargo, son de los pocos empleos que tienen fecha de caducidad. En la mayoría de los deportes después de los 35 ya eres considerado viejo y empiezan a preguntarte para cuándo el retiro y cúales son tus próximos planes. A eso, se le debe sumar que si no fuiste lo suficientemente famoso o hiciste otras cosas diferentes al deporte, una vez te retires, eres olvidado. En otras palabras, el deporte te roba tu juventud y luego te desecha cuando apenas comienzas a vivir. Fue interesante ver todo ese proceso con Graham y darse cuenta de la necesidad que existe de que se apoye a estas figuras en el proceso de transición. Quizá algunos tienen planes en reservas, pero hay otros, que como Graham, su sueño era el deporte y no conciben un mundo fuera de él. A esos son los que hay que apoyar. Sin embargo, a veces pasa como con los soldados. Dan sus mejores años por representar a su país y cuando ya no pueden más, la gente los olvida a ellos y todo lo que hicieron. Así que desearía que hubiesen más organizaciones dedicadas a cuidar del bienestar de los deportistas retirados y recordarles que son más que el deporte que representan. Que más allá de los golpes, encestadas y golazos que dan, son seres humanos que merecen no ser olvidados.

    Aunque les sorprenda, ni Graham ni Kelly son mis personajes favoritos de este libro. El que se ha robado ese lugar ha sido Arthur. Él es el padrastro de Graham y desde su primera aparición supe que le querría y mucho. Arthur es un ángel guardián que la vida le envió a Graham. Quizás no era su padre biológico, pero era quien se encargó de que Graham siempre sintiera que tenía un padre. Como dice Graham, ¿qué es ser un padre? Compartir ADN no te hace meritorio del título de padre, sino tus acciones. Como siempre he pensado, cualquiera puede hacer un hijo, pero no cualquiera merece ser padre. Un padre es aquel que está en los momentos buenos y malos, el que te aconseja, que llora y rie contigo, que te dice la verdad aunque te duela y que nunca deja de amarte. Eso era Arthur para Graham. Arthur tomó un niño lastimado por la gente, y siempre le aseguró que no estaba roto. Mis partes favoritas son cómo siempre le decía "Mente inquieta", le aseguraba que era inteligente y se tomaba en serio cada una de sus interrogantes. Creo que el libro no hubiese sido lo excepcional que fue, sin su personaje. No era el protagonista, pero fue una parte esencial para que la historia tomara forma. Además, nos recuerda que para ser familia no siempre es necesario compartir genética.

    "Las alas que nos inventamos" es un libro que me hizo ilusión desde el primer momento que supe que saldría. Añoraba tanto leer algo nuevo de Alexandra Roma que lo compré sin pensármelo dos veces. Poco sabía que se convertiría en mi mejor lectura del año y de toda mi vida. Sin duda alguna, siempre tendrá un espacio especial en mi corazón. Imaginen si amo tanto sus libros, que es la única autora capaz de hacerme leer sus agradecimientos. Siempre que leo un libro suyo, ansío llegar al final y leer la carta de despedida que ella le hace a los personajes porque para mí también son reales. Si aún les quedan dudas, este libro está súper recomendado. Espero que les guste y, si ya lo leyeron, no olviden opinar en la caja de comentarios. ¡Nos leemos pronto!

Comentarios

  1. ¡Hola! Yo todavía no he tenido la oportunidad de leer a la autora, pero este libro me ha llamado muchísimo la atención porque creo que puedo llegar a conectar con Kelly, así que me lo apunto. Me alegro de que hayas disfrutado tanto de esta historia :)
    Besitos

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    Respuestas
    1. ¡Hola! Alexandra es una de mis escritoras favoritas. De ella te recomiendo este, El Club de los Eternos 27 y Ojalá Siempre. Creo que todos los que escribimos podemos identificarnos con Kelly y más si es nuestra vocación. Espero que te guste cuando lo leas!

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