El Club de los Eternos 27 de Alexandra Roma

Sinopsis:

La fama siempre tiene un precio.

Julien Meadow era el chico de la eterna sonrisa, el que cantaba en el garaje con su hermano y el que se enamoró de unos ojos valientes ocultos tras una mecha rosa, los de Crysta.

Nunca hubiera esperado que, a raíz de un video subido de YouTube, le llegaría la fama. De repente, su voz inunda el mundo y su cara protagoniza todas las noticias.

Julien debe hacer frente a un nuevo universo lleno de altibajos, lujo, descontrol y poder. Uno en el que te vuelves adicto a focos que queman y a palabras que muerden. Uno en el que echas de menos el abrazo de un gigante o que te besen con brochazos de pintura.

Todo el mundo sabe que Julien Meadow es el cantante con más éxito del planeta. Solo algunos recuerdan que fue una persona.

Reseña:

¿Qué les puedo decir de este libro? ¿Cómo comienzo a hablarles de él? La verdad, es que no sé ni como empezar porque al terminarlo he sentido algo que nunca antes había sentido con un libro. Siempre he amado la lectura, pero este libro transformó mi visión de ella. Debo comenzar por decir que compré el libro porque tenía temática sobre el mundo de los famosos, y es un tópico que me gusta. Además, ya había leído el prólogo y había conectado con Julien. Lo que nunca esperé fue encontrar lo que hallé entre estas páginas.

El Club de los Eternos 27 no es un libro, es una vida. Cuando lo leí yo no sentía que era un simple libro, yo sentía que era la vida de alguien más. Que compartía  cada momento de Julien y Crysta. Que formaba parte de su vida como ellos llegaron a ser de la mía. Creanme, con cada letra y con cada vivencia me enamoraba más de los personajes ya que cada lágrima, risa o frustración pasó a ser una parte de mí, también. Explicarles cada cosa que sentí sería complicado y necesitaría una lista, pero solo una palabra lo resume, VIDA.

El libro es la vida. Lo bueno, lo malo y lo no tan malo. Cuando te caes y cuando te levantas. Cuando lloras y cuando ríes. Es cada faceta de la vida. Es una enseñanza de que la vida no es fácil. De que existen tropiezos. De que las personas no somos perfectas y está bien que nos equivoquemos a veces. Nos muestra que el amor no es algo que se tome a la ligera. Que existen millones de maneras de expresarlo. Que una palabra puede significar nada, pero lo que la hace valer es el sentimiento, la emoción y la intención detrás de ellas. Nos enseñó que nunca sabrás el valor de un te quiero y un te amo si no eres capaz de amarte a ti mismo primero. Nos demostró que la salvación solo está en nosotros. Los demás están de apoyo, pero solo nosotros mismos nos podemos salvar con nuestra voluntad. Nos dijo que cuando estemos a punto de tirar la toalla , que la recojamos  y sigamos con el trabajo duro.

Este nos enseñó el valor de los sueños. Que los sueños pueden ser grandes como África o pequeños como una hormiga, pero valen. Cada deseo, cada meta y cada sueño que te propongas es valioso. Además, el libro mostró que el camino a ellos a veces no es fácil. Que habrá gente que se querrá aprovechar de ellos. Personas que lo único que querrán es verte caer y en la miseria. Incluso hasta se alegrarán de tus males. De ellos debes alejarte y como Julien aunque hayas perdido tu norte, anclarte a aquellos que siempre han estado contigo. Aquellos que desde que no eras nadie estuvieron contigo y te apoyarán incondicionalmente. Aquellos, que saben que estás mal, pero esperan a que te des cuenta tú mismo y te esperan con los brazos abietos. Estas son las personas que valen y no debes dejar ir nunca.

Julien Meadow, ¿qué puedo decir de este chico? Julien es alguien de quien te enamoras al instante. Es alguien que con su simpleza y buena voluntad hacen que las personas sean felices. Él era un chico al cual la fama destruyó. Y aquí es donde coincidí con la escritora y encontré a alguien que comparte mi misma visión. Ella pudo capturar el mundo artístico como si ella estuviera dentro de él. Lo mostró con la cruel realidad que lo representa. Ese mundo no es uno de rosas, con luces, cámara y alfombras rojas. Es un mercado donde los artistas pasan a ser objetos y en el cual al firmar un contrato están cediendo sus vidas. Es fácil juzgar sus errores a través de la pantalla, pero estar en sus zapatos no lo es tanto. Ellos son personas de carne y hueso, que sufren y sienten, pero al llegar al mundo del espectáculo son objetizados y convertidos en simples máquinas de dinero andantes. Y es este pensar lo que hace que se pierdan personas que pudieron tener un futuro prometedor, es lo que los lleva a drogarse, a alcholizarse  y hacer otras barbaridades. No me malinterpreten, las desiciones son de ellos y ellos deben responsabilizarse por ellas, pero también hay que entender el poder que tus palabras y acciones tiene en los otros. Por más fuerte que sea una persona todas tenemos límites. En el caso de ellos, la explotación excesiva es su límite. ¿Por qué creen que muchas estrellas de Disney tienen problemas cuando adultos? Porque eran simples niños persiguiendo un sueño que más tarde no supieron manejar. Perdieron su inocencia tan pronto que como Julien sintieron que lo tenían todo y aún así estaban vacíos. Y es en ese momento en que deben hacer lo que Julien hizo. Agarrárse a esas personas que aman. Al sentimiento y a los recuerdos, y crear tu propia fuerza que emane de adentro hacia afuera. Hasta que todo eso se convierte en el motor y la fuerza que hacen que vivas de nuevo y veas la vida de colores y felicidad, como debe ser.

Y recuerda estos dos puntos para toda la vida:

"1. La enseñanza de que los artistas son personas y no objetos, que detrás de las sombras proyectadas por los focos impactando contra su piel hay un ser humano imperfecto, con aristas...

2. Me llevo el respeto, la comprensión y la seguridad de que lo que me muestra una pantalla no es la realidad, porque al rozarla con las yemas compruebo que se trata de un cristal frío y los famosos tienen piel, fría o cálida, pero con la misma necesidad de perderse en una caricia."pág. 464

Con Crysta me llevo el recuerdo de la niña que sabía el significado de la vida, que era la felicidad. Es una chica que pasó por muchas cosas y aún así aprendió a amarse a sí misma. Una chica que no se dio por vencida con sus sueños, a pesar de que no parecían claros y no eran muy acertados. Que conocía el valor del perdón porque el perdón libera a la otra persona, pero ese no es el propósito. El perdón libera a quien lo dijo, porque es la certeza de que a pesar de todas las cosas que hizo la persona, tú apreciaste los momentos buenos y supiste decirle adiós al rencor para poder vivir mejor. Ella nos enseñó que lo importante está en esos pequeños detalles que nos quitan el aliento, nos dejan sin habla y nos ponen la piel de gallina. Pero sobretodo, nos enseñó el amor verdadero, ese que hoy en día está muy escaso. El que no se mide con los regalos sino que con las palabras y acciones. Ese que vive de los momentos que crean juntos. El que la distancia no apaga y el que el reencuentro lo convierte en hoguera. Ese que hace que te levantes todas las mañanas y el cual puedes ver en los ojos de otros. Porque el verdadero amor no es tan solo de parejas sino que también es de amigos y familiares porque en ellos encontramos el amor.

Quiero terminar diciéndoles que vivan sus vidas, que viajen, que rían y que amen. Que la vida es finita y su secreto es la felicidad. No me despido de Julien y Crysta porque ellos ahora viven en mi corazón y espero que muy pronto lo hagan en el de ustedes.


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