Sinopsis:
Érase un niño
que jamás vivió más de dos años seguidos en una misma casa, por lo que decidió
pintar las paredes de todas sus habitaciones con estrellas. Su rechazo al
colegio y una familia inusual le empujarán a emprender un viaje donde no todo
serán constelaciones y pedirle deseos a la luna. Es hora de bajar al barro,
equivocarse con una princesa y terminar encontrando un príncipe… ¿o no?
Sus ansias de libertad, tres antídotos de
supervivencia y unas botas plateadas le acompañarán por un mundo muerto donde
los sueños llegan descalzos y despeinados a Ninguna Parte.
Reseña:
El libro del cual les estaré hablando es uno un tanto
diferente a otros. A pesar de que este libro es autobiográfico tiene algo que
lo hace diferente y especial. El chico de las estrellas cuenta la vida de su
escritor, Christian Pueyo y en él aprendemos muchas cosas. En lo personal yo
amé este libro y no podía parar de marcar varias frases porque él tiene
pensamientos que son muy acertados.
El libro toca muchos temas que los vemos a diarios y
que mucha gente ha pasado por ellos, y el chico de las estrellas no es la
excepción. Si bien es sabido que existen muchos niños que son maltratados, el
chico de las estrellas nos enseña que debemos ser resilientes. Una cosa
importante es que este te dice que en el camino siempre vamos a encontrar
personas que, aunque no las volvamos a ver van a ayudarnos a ser lo que somos
hoy. Que de los recuerdos malos se aprenden y que con el tiempo todos cambiamos,
porque siempre hay evolución en las personas.
El chico de las estrellas nos enseña el poder de
conocerse uno mismo. A veces nosotros no sabemos quiénes somos, pero debemos
tomar un tiempo a solas como hizo él, para reflexionar y encontrarnos a nosotros mismos.
Que los amigos los podemos contar con los dedos y que aun de gente extraña
encontraremos fuerzas para seguir. Él nos enseñó que está bien cometer errores
porque somos humanos y no todo el tiempo sabremos que es lo que tenemos que
hacer.
Si les siguiera contando sobre esta maravillosa
historia tal vez les diría momentos claves y podría dañarles la lectura. Solo
me resta darle las gracias a Chris Pueyo por compartir su historia con el resto
del mundo.
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